Las cosas ocurren sin pensarlo y al final son las mejores, sin duda una experiencia que los novios jamás olvidarán. Se creó un momento mágico para ello, no dejaba de llover en un día triste en la ciudad del amor y de repente se despeja el cielo, se cuela un rayo de luz en la torre Eiffel, suena la canción “ Te amaré por mil años más “ y los novios comienza a bailar junto a nosotros.
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Después de una odisea con las aviones, llegamos a una lluviosa París.